Microsoft acusa a la FTC de filtrar detalles sobre una investigación antimonopolio
La semana pasada, se conoció que la Comisión Federal de Comercio de Estados Unidos (FTC) había iniciado una investigación antimonopolio sobre las prácticas comerciales de Microsoft, centrada en áreas como los servicios en Cloud, las licencias de software, IA y ciberseguridad. Sin embargo, la BigTech ha contraatacado, acusando a la FTC de filtrar detalles confidenciales sobre el caso, lo que, según Microsoft, violaría las normas éticas de la propia agencia.
La vicepresidenta corporativa y consejera general adjunta de Microsoft, Rima Alaily, envió una carta al inspector general de la entidad solicitando que se investigue si miembros de la dirección filtraron información no pública a los medios de comunicación. "La existencia de una investigación de la FTC es información no pública según las directrices de la agencia," subrayó Alaily en su declaración, aludiendo a posibles violaciones de las reglas internas.
En su misiva, Alaily destacó que las filtraciones relacionadas con esta investigación no son un incidente aislado. Citó un informe reciente del inspector general de la FTC que identificó un "aumento constante" en las divulgaciones no autorizadas de información confidencial a los medios.
La información filtrada inicialmente por Bloomberg, y más tarde confirmada por otros medios como The Verge, se centraba en una solicitud de información que la FTC habría enviado a Microsoft. Según Alaily, la compañía no ha recibido una copia oficial de dicha solicitud, pero la información ya está siendo ampliamente discutida en la prensa. "Nos enteramos de la solicitud como el resto del mundo, a través de los medios", añadió la directiva.
Un entorno regulatorio más complejo para Microsoft
En los últimos meses, Microsoft ha recibido una vigilancia regulatoria sin precedentes, tanto en Estados Unidos como en Europa. A pesar de haber permanecido en gran medida fuera del radar en años recientes, mientras otras grandes tecnológicas como Google y Meta enfrentaban demandas antimonopolio, la compañía ahora enfrenta investigaciones en múltiples frentes:
Su adquisición de Activision Blizzard, que ha sido criticada por posibles implicaciones monopolísticas.
Su creciente dominio en ciberseguridad, con cuestiones sobre prácticas de exclusividad.
Su alianza estratégica con OpenAI, que ha ampliado su influencia en el sector IA.
Microsoft ha adoptado una postura más agresiva en defensa de sus intereses. En octubre, Alaily acusó públicamente a Google de financiar un grupo de presión encubierto para desacreditar a Microsoft ante las autoridades regulatorias y el público.
La controversia pone a la FTC en una posición delicada, ya que tiene que dar respuestas a preguntas sobre su capacidad para manejar casos de alto perfil sin filtraciones. Aunque las normas de la agencia permiten la divulgación de información en situaciones de "interés público", las filtraciones no autorizadas erosionan la confianza en los procesos regulatorios.
Si bien la FTC ha declinado responder a las acusaciones, este caso podría tener implicaciones significativas para su capacidad de supervisar efectivamente a las grandes tecnológicas. Por su parte, Microsoft busca que el inspector general no solo investigue la filtración, sino que también haga públicos sus hallazgos.
Las nuevas tácticas de las BigTech
Este caso no es solo un reflejo de los crecientes desafíos regulatorios que están viviendo las BigTech, sino también un ejemplo de cómo estas empresas están adoptando tácticas más agresivas para defenderse. En el caso de Microsoft, el resultado de esta investigación y de sus denuncias contra la FTC tendrá implicaciones de largo alcance, no solo para la compañía, sino también para otras BigTechs que enfrentan un entorno regulatorio cada vez más estricto.
La combinación de una supervisión intensa, la adquisición multimillonaria de Activision Blizzard, y el avance de tecnologías en IA están transformando el sector. El balance entre la innovación empresarial y el cumplimiento regulatorio será un tema central en los próximos años, tanto para las empresas como para los organismos reguladores.
En un momento de cambios tecnológicos y legales, Microsoft y la FTC se encuentran en el centro de una disputa que podría sentar precedentes para el futuro de la regulación tecnológica.