¿El producto gratis nace o se hace? Danny Bertolín, MyDataMood

El otro día volvía a desayunar leyendo una noticia acerca de un mal uso de nuestros datos personales por parte de uno de los sospechosos habituales. Otra más. Este tipo de informaciones se han convertido en algo tan cotidiano que el proceso de pasar de la ira a la decepción y, posteriormente, a la resignación se me ha convertido en un acto reflejo.

Han conseguido introducir estas anomalías en mi día a día como si no pasara nada, como si solo fuera parte del juego que todos jugamos con ellos: yo te conecto al mundo y tú dejas que me lucre con tus datos, total, en fin, ya ves, tampoco es para tanto… ¿Qué son unos “pocos” datos a cambio de servicios punteros “gratuitos”?

Lo triste es que esa sensación sé que es compartida por muchos de mis amigos y amigas: nos sentimos tan impotentes ante la aplastante capacidad de influencia de los GAFA (Google, Amazon, Facebook, Apple) sobre cómo dictan nuestra rutina que no nos planteamos siquiera si podemos hacer algo para equilibrar la balanza con ellos.

Hemos aceptado un axioma del mundo publicitario que reza lo siguiente: si el producto es gratis, el producto eres tú y a través de la asunción de esa máxima, los GAFAs hacen y deshacen a su antojo.

Sin embargo, no deberíamos adoptar una postura resignada o de aceptación inconsciente. El uso opaco que hacen de nuestros datos está marcando decisiones que sí nos afectan, y de qué manera. Los resultados electorales o los referéndums vinculantes nos están cambiando la vida, quizá no de forma directa, pero sí a nuestra macroeconomía que ya sabemos que es la antesala de la micro. Tras ver el documental El Gran Hackeo me convencí de que no podemos quedarnos de brazos cruzados porque hay mucho en juego.

Brittany Kaiser (bonito apellido si buscamos guerra), la gran protagonista de sacar a la luz los trapos sucios de Cambridge Analytica, Facebook y el resto de implicados, está promulgando la fragmentación de los grandes gigantes de Internet, los GAFAs, en piezas más pequeñas, más digeribles y controlables o llegarán más poder e influencia que la mayoría de los países. Quizá esta chica sabe algo de todo esto…

Y qué podemos hacer mientras Alphabet se convierte en la apuesta real de Google con la salida de sus fundadores Larry Page y Serguei Brin, centrando su foco en los negocios alrededor del dato, o mientras Amazon crece de forma desproporcionada y se convierte en el decisor de compra por excelencia de todo el mundo occidental, o mientras Facebook/Instagram/Whatsapp potencian sin rubor su capacidad de influencia para cambiar el curso político de los países o mientras Apple se enfoca en la venta de servicios enriquecidos ante la incapacidad de crecer sólo con su hardware aspiracional… ¿nada? ¿¿nada?? ¿¿¿nada?!? Ni hablar. Algo es posible y factible.

Yo no nací para ser un producto gratis y que me usen sin consentimiento. Yo tengo entidad propia y quiero que se me respete, no de boquilla, lo quiero de facto. Y por eso quiero encontrar un punto de relación armónica y equilibrada con las empresas que me ofrecen servicios digitales. Y quiero pensar que por muy cómodos que queramos vivir, todos compartimos este sentimiento. Por todo ello confío en mydatamood.com y en cómo puede ayudar a equilibrar la balanza en estos tiempos de cambio… y no sólo climático.

Así podré evitar tener la sensación de que cada vez que uso las Gafas lo veo todo menos claro.

DataMario TorijaComentario